El Mont-Blanc Poem by Pedro Antonio de Alarcon

El Mont-Blanc

iHeme al fin en la cumbre soberana!...
iNieve perpetua..., soledad doquiera!...
?Quien sino el hombre, en su soberbia insana,
A hollar estos desiertos se atreviera?
Aqui enmudece hasta la voz del viento...;
Profundo mar parece el horizonte...,
Unica playa el alto firmamento...,
Anclada nave el solitario monte.
iNada en torno de mi!... iTodo a mis plantas!
Obscuros bosques, relucientes rios,
Lagos, campinas, paramos, gargantas...
iEuropa entera yace a los pies mios!
iY cuan pequena la terrestre vida,
Cuan relegado el humanal imperio
Se ve desde estos hielos donde anida
El _Monte Blanco_, el rey del hemisferio!
iDe aqui tiende su cetro sobre el mundo!
El Danubio opulento, el Po anchuroso,
El luengo Rhin y el Rodano profundo,
Hijos son de los hijos del Coloso.
Debajo de el... los Alpes se eslabonan
Como escabeles de su trono inmenso:
Debajo de el... las nubes se amontonan
Cual humo leve de quemado incienso.
iSobre el... los cielos nada mas! La tarde
Le invidia al verlo de fulgor cenido...
Llega la noche, y aun su frente arde
Con reflejos de un sol por siempre hundido.
Alla turnan con raudo movimiento
Una y otra estacion... El permanece
Mudo, inmovil, esteril. iMonumento
De la implacable eternidad parece!
Ni el oso atroz ni el traicionero lobo
Huellan jamas su excelsitud nevada...
Huerfano vive del calor del globo...
iEn el principia el reino de la nada!
Por eso, ufano de su horror profundo,
Dichoso aqui mi corazon palpita...
iAqui solo con Dios..., fuera del mundo!
iSolo, bajo la boveda infinita!
iY que sueave, deleitosa calma
Brinda a mi pecho esta region inerte!...
Asi concibe fatigada el alma
El tardo bien de la benigna muerte.
iMorir aqui! De los poblados valles
No retornar a la angustiosa vida:
No escuchar mas los lastimosos ayes
De la cuitada humanidad caida:
Desparecer, huyendo de la tierra,
Desde esta cima que se acerca al cielo:
Por siempre desertar de aquella guerra,
De eterna libertad tendiendo el vuelo...
Tal ansia acude al corazon llagado,
Al mirarte, ioh _Mont-Blanc!_, erguir la frente
Sobre un misero mundo atribulado
Por el cierzo y el rayo y el torrente.
iTu nada temes! De tu imperio yerto
Solo Dios es senor, fuerza y medida:
iComo el ancho Oceano y el Desierto,
Tu vives solo de tu propia vida!
La tierra acaba en tu glacial palacio;
Tuya es la azul inmensidad aerea:
Tu ves mas luz, mas astros, mas espacio...;
iParte eres ya de la mansion eterea!
iAdios! Retorno al mundo... Acaso un dia
Ya de la tierra el corazon no lata,
Y sobre su haz inanimada y fria
Tiendas tu manto de luciente plata...
Sera entonces tu reino silencioso
Cuanto hoy circunda y cubre el Oceano...
iAdios!... Impera en tanto desdenoso
Sobre la insania del orgullo humano.

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