Una Terrible Industria Poem by Samuel Santana

El malhechor da de comer
a los periodistas,
a los policías,
a los herreros,
a los catedráticos del derecho,
a las organizaciones de defensas,
a los abogados,
a las aseguradoras,
a los fiscales,
a los jueces,
a las secretarias,
a los carceleros,
a los fabricantes de candados,
de ataúdes,
de electrodomésticos,
de aparatos para seguridad
y sellos en el fisco.
El mueve más
naiboa que un simple
hombre correcto,
sano y honesto
pero enchonclado en la
taciturna paz
de un triste hogar.
Eso deja en el abismo a muchos
en el sistema y en el
Estado en general.