LUIS GARCÍA MONTERO Poems

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1.
Figura sin paisaje

He vendido mi alma dos veces al diablo,
por monedas de niebla y curso clandestino
en países que nadie se ha atrevido a fundar.

Un realista que vive el mundo de los sueños,
un soñador que quiere vivir la realidad.

Mal destino es el tuyo.
Así te va.
...

2.
Figur ohne Landschaft

Ich verkaufte meine Seele zweimal an den Teufel
für Nebelmünzen und zum Schwarzmarktpreis
in Ländern, die keiner sich zu gründen traut.

Ein Realist, der in der Welt der Träume lebt,
ein Träumer, der die Wirklichkeit erleben will.

Bös ist dein Schicksal.
Du hast es verdient.
...

3.
Primer día de vacaciones

Nadaba yo en el mar y era muy tarde,
justo en ese momento
en que las luces flotan como brasas
de una hoguera rendida
y en el agua se queman las preguntas,
los silencios extraños.

Había decidido nadar hasta la boya
roja, la que se esconde como el sol
al otro lado de las barcas.

Muy lejos de la orilla,
solitario y perdido en el crepúsculo,
me adentraba en el mar
sintiendo la inquietud que me conmueve
al adentrarme en un poema
o en una noche larga de amor desconocido.

Y de pronto la vi sobre las aguas.
Una mujer mayor,
de cansada belleza
y el pelo blanco recogido,
se me acercó nadando
con brazadas serenas.
Parecía venir del horizonte.

Al cruzarse conmigo,
se detuvo un momento y me miró a los ojos:
no he venido a buscarte,
no eres tú todavía.

Me despertó el tumulto del mercado
y el ruido de una moto
que cruzaba la calle con desesperación.
Era media mañana,
el cielo estaba limpio y parecía
una bandera viva
en el mástil de agosto.
Bajé a desayunar a la terraza
del paseo marítimo
y contemplé el bullicio de la gente,
el mar como una balsa,
los cuerpos bajo el sol.
En el periódico
el nombre del ahogado no era el mío
...

4.
Erster Urlaubstag

Ich schwamm aufs Meer hinaus, spät,
genau in jenem Augenblick,
in dem die Lichter wabern wie die Glut
eines erlöschenden Feuers
und die Fragen im Wasser verbrennen,
die seltsame Stille.

Ich wollte bis zur roten Boje schwimmen,
die sich, der Sonne gleich, auf der anderen Seite
der Boote versteckte.

Weit entfernt vom Ufer, einsam
und verloren in der Dämmerung,
tauchte ich ins Meer,
spürte dieselbe Unruhe, die mich erfasst,
wenn ich in ein Gedicht tauche
oder in eine lange Nacht unbekannter Liebe.

Und plötzlich sah ich in den Wellen
eine Frau
von matter Schönheit, älter schon,
das schlohweiße Haar zum Zopf,
schwamm sie mir entgegen,
löste sich mit ernsten Armzügen
vom Horizont.

Als wir aufeinandertrafen,
hielt sie inne und sah mir in die Augen:
Ich bin nicht gekommen, dich zu holen.
Dich noch nicht.

Marktgeschrei weckte mich,
das Knattern eines Mopeds,
das verzweifelt durch eine Straße heizt.
Es war fast Mittag,
der Himmel klar
eine flatternde Fahne
am Mast des August.
Ich ging zum Frühstück ins Café
an der Strandpromenade
und sah dem Treiben zu.
Das Meer war ein Wasserbassin,
Körper unter der Sonne.
Und in der Zeitung
der Name eines Ertrunkenen. Nicht meiner.
...

5.
La tristeza del mar cabe en un vaso de agua

No hay pues mujer más sola,
más tristemente sola,
que la que quiere amar a un hombre triste.
Piedad Bonnett

Los hombres tristes,
que tienen en sus ojos un café de provincias,
que no saben mentir como quien dice,
que se esconden detrás de los periódicos,
que se quedan sentados en su silla
cuando la fiesta baila,
que gastan por zapatos una tarde de lluvia,
que saludan con miedo,
que de pronto una noche se deshacen,
que cantan perseguidos por la risa,
que abrazan, que importunan hasta quedarse solos,
que retornan después a su tristeza
igual que a su pañuelo y a su vaso de agua,
que ven como se alejan las novias y los barcos,
esos hombres manchados por las últimas horas
de la ocasión perdida,
se parecen a mí.
...

6.
Die Traurigkeit der See hat Platz in einem Wasserglas

Es gibt wohl keine Frau,
die einsamer und trauriger wäre
als die, die einen traurigen Mann liebt.
Piedad Bonnett

Die traurigen Männer,
in ihren Augen ein Kleinstadtcafé,
die wortwörtlich nicht lügen können,
sich hinter ihren Zeitungen verstecken,
auf verchromten Stühlen verharren,
wenn die Feier in Schwung kommt,
statt in Slipper in einen Regenabend schlüpfen,
schüchtern grüßen,
Männer, die eines Nachts aufblühen,
singen und prusten vor Lachen,
die umarmen, rempeln, rülpsen, bis alle andern fort sind,
dann in ihre Traurigkeit zurückfallen,
ihr Stofftaschentuch hervorholen, das Wasserglas,
und zusehen, wie Bräute und Boote davonziehen.
Jene Männer, gezeichnet von den letzten Stunden
einer verpassten Gelegenheit,
sind fast wie ich.
...

Cuando cierro la puerta de mi casa
suelen los escalones llenárseme de dudas.
Es posible, tal vez
la luz trabajadora del despacho
se ha quedado encendida,
no sé si corté el agua
y además me parece
que no le di dos vueltas a la llave.

Es como cuando salgo de alguna discusión
y el ascensor se cubre de verdades no dichas.
Van conmigo respuestas decisivas.
Más tarde siento miedo
de aquellos dos minutos de intemperie.
Yo levanté la voz, los demás se callaron
y se rompió la copa.

Es como cuando salgo de una fiesta
y me asalta el temor
de que alguien se haya molestado.
¿Me despedí de ella? ¿Debería
acordarme de él?
¿Entendieron la broma
y la doble intención de mis palabras?
¿Ha llegado a saberse
la pequeña mentira del viernes por la tarde?

Es como cuando salgo de mí mismo,
después de haber nadado entre dos aguas
incluso en la bañera.
Dejo la ropa sucia a los pies de la silla,
una cama deshecha,
los platos sin lavar,
toallas en el suelo, y en el cuarto de baño
un espejo con niebla
donde está todavía
el desnudo sin piel del impostor
que ahora sale a la calle,
y saluda a los otros,
y atiende a quien le llama por su nombre.

Todo es raro y difícil
como sentirse Luis, como vivir en el segundo
izquierda de la noche,
ser español o estar enamorado.

Tal vez nos vamos de nosotros mismos.
Pero queda una luz, un grifo abierto,
la sombra de una puerta mal cerrada.
...

Kaum trete ich aus der Haustür,
kommen mir auf den Stufen Zweifel.
Hab ich vergessen
das unermüdliche Licht im Büro
auszuschalten?
Hab ich den Wasserhahn zugemacht?
Mir kommt es vor, als hätte ich versäumt,
den Schlüssel zweimal rumzudrehen.

So ist es auch, wenn ich im Streit fortgehe
und der Fahrstuhl sich mit ungesagten Dingen füllt.
Nun liegen mir auf einmal alle Antworten auf der Zunge.
Später machen mir die zwei Minuten
Donnerwetter Angst.
Ich wurde laut, die anderen verstummten.
Glas zerbrach.

So ist es auch, wenn ich aufbreche von einer Feier
und mir nicht sicher bin, ob ich nicht doch
jemanden vor den Kopf gestoßen habe.
Hab ich mich von der einen verabschiedet? Hätt ich mich
an den andern erinnern müssen?
Haben sie den Scherz verstanden,
den Doppelsinn meiner Worte?
Ist meine Notlüge von Freitag-
abend aufgeflogen?

So ist es auch, wenn ich heraustrete aus mir selbst,
nachdem ich zwischen allen Stühlen gesessen habe,
sogar noch am Küchentisch.
Ich lege die Wäsche neben den Hocker,
hinterlasse ein zerwühltes Bett,
schmutziges Geschirr,
Handtücher auf dem Boden und im Bad
einen beschlagenen Spiegel.
Vor dem steht immer noch der Nackte,
ohne das Fell des Hochstaplers,
der jetzt das Haus verlässt
und die anderen Leute grüßt,
sich einem zuwendet, der ihn beim Namen nennt.

Alles ist seltsam und vertrackt,
wie sich als Luis zu fühlen oder im zweiten Stock
links neben der Nacht zu wohnen.
Oder Spanier zu sein. Oder verliebt.

Kann sein, wir treten aus uns selbst heraus.
Aber ein Licht brennt noch, ein Wasserhahn tropft.
Der Schatten einer unverschlossenen Tür.
...

9.
El amor

Las palabras son barcos
y se pierden así, de boca en boca,
como de niebla en niebla.
Llevan su mercancía por las conversaciones
sin encontrar un puerto,
la noche que les pese igual que un ancla.

Deben acostumbrarse a envejecer
y vivir con paciencia de madera
usada por las olas,
irse descomponiendo, dañarse lentamente,
hasta que a la bodega rutinaria
llegue el mar y las hunda.

Porque la vida entra en las palabras
como el mar en un barco,
cubre de tiempo el nombre de las cosas
y lleva a la raíz de un adjetivo
el cielo de una fecha,
el balcón de una casa,
la luz de una ciudad reflejada en un río.

Por eso, niebla a niebla,
cuando el amor invade las palabras,
golpea sus paredes, marca en ellas
los signos de una historia personal
y deja en el pasado de los vocabularios
sensaciones de frío y de calor,
noches que son la noche,
mares que son el mar,
solitarios paseos con extensión de frase
y trenes detenidos y canciones.

Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.
...

10.
Liebe

Wörter verlieren sich
von Mund zu Mund,
in Nebelschwaden, wie Schiffe.
Sie fahren ihre Fracht über die Gespräche,
finden keinen Hafen,
und die Nacht, ein Anker, zerrt an ihnen.

Sie müssen sich ans Altern gewöhnen,
geduldig wie Holz,
verschlissen von Wellen, müssen ertragen,
wie sie aufquellen, langsam leckschlagen,
bis das Meer in ihren schmucklosen Laderaum dringt
und sie zum Kentern bringt.

Weil das Leben in die Wörter dringt
wie das Meer in ein Schiff,
legt es eine Patina auf die Namen der Dinge
und führt den Himmel eines Datums,
den Balkon eines Hauses
zu den Wurzeln eines Adjektivs,
die Lichter einer Stadt, gespiegelt im Fluss.

Wenn die Liebe zwischen Nebelschwaden
in die Wörter einmarschiert, schlägt sie
an ihre Wände, schnitzt die Zinken
einer persönlichen Geschichte,
hinterlässt in der Vergangenheit des Wortschatz'
einen Eindruck von Kälte, von Hitze.
Nächte, die die Nacht sind,
Meere, die das Meer sind.
Einsame Spaziergänge, so lang wie ein Satz.
Angehaltene Züge und Lieder.

Ist die Liebe, wie alles, eine Frage der Worte,
schuf ich eine Sprache auf dem Weg zu dir.
...

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