Los nenúfares dorados
Brillan en el agua zarca;
Ondas blancas estremecen
Una solitaria barca.
Y yo paso por el borde,
Tanto aguardo como acecho,
De entre cañas que ella surja
Y se pegue a mi pecho;
En cadencia de olas
Dulcemente flotaremos,
Ya nos llevará la barca,
Ya no hacen falta remos.
Con su luz la tierna luna
Nos ampliará el encanto,
Las caricias de la brisa
Nos irán acompañando.
Mas no viene... Son quimeras,
Ilusiones que me hago.
Sólo saben cuanto sufro
Los nenúfares del lago.
(1884)
(Traducido por Paul Abucean)
This poem has not been translated into any other language yet.
I would like to translate this poem