Se nos ha ido el amor,
El compartido amigo...
Pues, a mis cantos, con dolor
Adiós final les digo.
Con fría mano en su desván
El olvidar los tiende;
Y ni a mis labios volverán,
Ni cruzan más mi mente.
Un cielo en ellos enterré,
El susurrar del río,
Y la tan dolorida fe
Del triste amor mío!
De qué tumulto hasta aquí
Llegaban a brotarme!
Y cuántas lágrimas vertí
Regándolos en balde!
Con qué angustia y qué pesar
Crecían desde adentro...
Y sólo queda lamentar
Que ya no me atormento!
Que ya no quieres más surgir,
Que ya no puedo verte!
Tus ojos negros, elixir
Que abate hasta la muerte!
Pudiste, con tu sonreir
Y con tu faz querida,
Mi vida en sueño convertir
Y el sueño en mi vida.
En dulces cuentos crecerás,
En sombras de la luna,
Tú, reyna mágica de las
Mil noches y más una.
Misterioso sueño y
Ameno en exceso,
Muy bello para que así
Del fin no sea preso.
Ya sé, no pueden pervivir
Instantes como esos,
Pues ángel fuiste para mí
Más que de carne y huesos.
De tanto hechizo, tú y yo
Sí nos extraviamos -
El mundo se nos olvidó,
Y hasta a Dios dejamos.
Y puede que ni hay lugar
En tierra tan mezquina
Para la dicha singular
Que vidas ilumina!
(Traducido por Paul Abucean)
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