La llama en mi corazón está latente, pero eterna.
Pienso en ti de vez en cuando, mi ángel.
Recuerdo la primera vez que te vi en el valle.
Recuerdo tu sonrisa. Fue un gran día.
Recuerdo tu belleza, los destellos en tu cielo.
Eres tan perfecta, que puedes hacer llorar a un hombre.
Un siglo ha pasado, las emociones permanecen frescas.
Aún te considero mi alma gemela, y mi malla.