En los días de primavera
Me levanto bien temprano,
Porque cada madrugada
Oigo cantar a un pitirre
Muy cerquita de mi casa.
Cuando empieza a amanecer,
Me acomodo entre mis sábanas,
Esperando, entusiasmada,
El gorjeo tan divino
Que de su piquito emana.
En esos días de amores
Cuando él atisba el alba,
Oigo ese canto guerrero
Que sale por su garganta.
Doy un salto, y presurosa,
Observo por mi ventana,
Intentando tararear
Las notas maravillosas
De la voz abemolada,
De ese Rey de la arboleda.
- Guatibirí para el indio -
Que al asomarse la aurora,
Me despierta en primavera,
Alegrando mis mañanas...
¡Oh! Yo no quiero que me falte
Amanecer tan sublime
Con mi regio cantador...
Que se luce en su romance
Con su magnífico trino,
En un magistral concierto,
Victorioso en ese árbol,
Cobijado entre sus ramas.
Cuántas veces me provoca
Subir hasta su morada,
- Invisible y sigilosa... -
¡Para colmarlo de besos
Cuando su canción acaba...!
This poem has not been translated into any other language yet.
I would like to translate this poem