Alguien se atreve a preguntar por el que no ha vuelto.
Y las sombras le contestan: nada, nadie, ninguno.
Alguien deambula husmeando los últimos pasos,
los ayes que dejó en el aire, las voces que aún
se cuelan por debajo de las puertas. Alguien
bajo las sábanas húmedas de la medianoche
no logra conciliar el sueño, espera hasta la alta
desolación del alba esa noticia, ese ya, ese basta,
ese grito final que restablezca el curso de los días
y desate la voz sobre el vacío
excavado por años de silencio
y miedo.
...
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