Tal Como Un Deambulador En Vela. Poem by Sara Iglesias

Una orquídea púrpura se deja mecer por el viento,
Agraciada como una ninfa del bosque,
Ondeándose en un columpio,
Que fue tallado con la más fina piedra
El alabastro en las manos de un artista,
Es tratado con una devoción matutina
Que la perfuma con muselina y salpicaduras de cascada.

Mis ojos encontraron el camino hacia los suyos
En una perversa ilusión veraniega,
La de la Arcadia perdida de los poetas muertos
La quimera de un jardín en espera
Con el presagio de un cuervo fastuoso,
Acechando mi silueta.

Deseaba saborear el almíbar de sus labios
Arrastrarme por el prado ceñidor,
Juntaría las palmas en un asana,
Haciendo un voto a la mirada efusiva de su clavícula,
Con surcos que a un penitente encarcelan,
Moraría en los ríos morados y azules de sus venas
Tal como un deambulador en vela
frente al ámbar de sus pupilas,
Gustosas como el pelaje de un gato negro.
Con un candor cordial al que el sauce en otoño acude.


¿Me dejaría entrar?
Al laberinto de sus pensamientos
A las profundidades de las cuevas sin luz,
Al follaje de las selvas que los perdidos codician,
Medio salvaje por designar
La capilla de sus enigmas,
En la cima de la montaña donde nadie puede perturbar
Sus fuegos artificiales que surgen a medianoche,
Los de las bacanales que nadie vió,
No me importa ser su Helena o Dalila
Por la que sus dioses hacen una querella
Por la que su fuerza sucumbe en una mazmorra en penumbra.