Mi madrina invitaba a mi prima Agueda
A que pasara el día con nosotros,
Y mi prima llegaba
...
A fuerza de quererte
Me he convertido, Amor, en alma en pena.
¿Por qué, Fuensanta mía,
...
A mi paso y al azar te desprendiste
Como el fruto más profano
Que pudiera concederme la benévola
...
Me arrancaré, mujer, el imposible
Amor de melancólica plegaria,
Y aunque se quede el alma solitaria
Huirá la fe de mi pasión risible.
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Hambre y sed padezco: Siempre me he negado
A satisfacerlas en los turbadores
gozos de ciudades flores de pecado.
...
Tú que prendiste ayer los aurorales
Fulgores del amor en mi ventana;
Tú, bella infiel, adoración lejana
Madona de eucologios y misales:
...
Señora: llego a Ti
Desde las tenebrosas anarquías
Del pensamiento y la conducta, para
Aspirar los naranjos
...
Estos, amada, son sitios vulgares
en que en el ruido mundanal se asusta
el alma fidelísima, que gusta
de evocar tus encantos familiares.
...
Me enluto por ti, Mireya,
y te rezo esta epopeya.
Mas entrañables provincianas mías:
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