A veces deseara ser mago y hacer que la magia desapareciera mi ser y lo llevará a un lugar dónde reinara la paz y la armonía; utopía mía, que por momentos de ensueño apasigua mi alma en medio de un mundo maravillosamente salvaje y sigiloso.
Cruel realidad individual que se refleja y multiplica como espejismo y que nos sumerge en la desesperación y depresión del momento; estrés que no acaba y fulmina con la economía deprimente que mortifica mi mente.
Guste o no, la vida nos enseña a su manera, y si nosotros somos lentos al aprender, se repiten las lecciones, una cada vez más dura que la otra, pero dejando en claro la enseñanza.
Nacimos libres y dotados de todo lo necesario en nuestra imagen y semejanza, pero la ignorancia, la vagancia, la avaricia y el odio nos han convertido en esclavos de nosotros mismos.
La humanidad cada día es menos humana, se ha vuelto calculadora y más conquistadora de si misma, interponiendo limitantes e invenciones que retrasan y ponen en peligro la paz mundial y con ello la existencia de la humanidad misma.
Pachamama sufre y se desangra desvelada en un intento mágico por equilibrar el daño mortal del humano. Sabía e inteligente, benevolente natural, siempre encuenta una forma mística para evolucionar y salvarnos de la desgraciada ecatombe miseria humana.
Sueño con la esperanza que avanza y gana terreno a la ignorancia que espero se disuelva en una selva llena de experiencias excitantes y cambios positivos para los habitantes de un mundo único, ¡que es de todos!
Su amigo de siempre,
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