Que rápido se ha expandido este amor,
Y que lenta y amarga se hace la espera.
Escucho notas de piano en mi mente enloquecida,
perturbada por la esencia perdida de tus ojos.
Te vi venir
y puse toda mi pasión para que te quedaras.
A pesar de que sabía que te irías
Con el enfurecimiento de las olas.
Poco a poco, me fui perdiendo
En el juego sucio de tus palabras opacas,
Fui creyendo en la lejanía de tu cuerpo
Desnudo y apagado.
Hoy mis dudas son la certeza del imposible de tu ser,
Mis lágrimas la esencia con la que vistes tu orgullo
De macho venerado.
Ahora, en la evidencia de lo imposible,
Me alimento dosificando recuerdos
A esta memoria insatisfecha
y a este corazón delirante y suicida.
Corazón que al mínimo descuido
Se estremece, tiembla, vibra, palpita
Al ritmo en el que el sol calienta
Cada mañana tu ausencia en mi almohada.
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Muy fuerte!