Tigre, Tigre, tú que brillas
En las negras pesadillas,
¿Qué Espíritu sin muerte
Tan terrible pudo hacerte?
¿En qué sima o cielos rojos
Encendiéronse tus ojos?
¿Sobre cuyas alas luego
Fue alzándose tu fuego?
¿Y qué hombro, y qué arte,
Corazón logró plasmarte?
¿Qué temblores y alaridos
Infundieron sus latidos?
¿Qué martillo, qué cadenas
Seso te han forjado apenas?
¿En qué yunque y en qué horno
El horror cobró contorno?
Cuando en llantos los luceros
Se rindieron, ¿gozó quien
Fuera Padre del Cordero?
¿Será tu Padre también?
Tigre, Tigre, tú que brillas
En las negras pesadillas,
¿Qué Espíritu sin muerte
Tan terrible pudo hacerte?
(1794)
(Traducción: Paul Abucean)
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