Caminando por el asfalto, de la vida, mis pies se calientan. Me siento cautivo entre las montañas salvajes de una selva de cemento y hierro frío, el cielo luce gris y obscuro, la lluvia cae sucia sobre mi cuerpo, tengo sed y no puedo saciarla, por mi culpa y negligencia todo ha cambiado, me castiga la conciencia y mi inconsciencia dicta sentencia, pido fuerza y voluntad para enmendar lo imposible, pero no logro repararlo. ¿Qué hacer, cuándo de dolor la tierra tiembla? , se abren grietas por la erosión, el calor quema la piel que respira por poros de carbón, qué terrible efecto, la miseria y la impotencia sobre mis hombros, me desespero, un error, embustes imperdonables.
Cómo mirar a los ojos del retoño, heredero de las cenizas y del fuego cruel, cómo explicarle mi ignorancia, avaricia, y ansias de poder que nos fulminaron, como retroceder en el tiempo, para evitar lo inevitable y detener tanta destrucción, como llenar ríos polvorientos con agua-vida, como sembrar verde sobre tierras muertas, como dar vida a mi amada si sus huesos ya no respiran, tanto dolor, cuanta tristeza, las lágrimas corren sobre mis ojos, ciegos, cansados, soy el culpable, la irresponsabilidad de mis actos, me llevó a donde estoy.
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