A veces es justo y necesario
que muera un hombre por un pueblo,
pero jamás ha de morir todo un pueblo
por solo un hombre:
Recuérdalo Sefarad.
Comprueba la seguridad de los puentes de diálogo
y trata de comprender y amar
las razones y variadas lenguas de tus hijos.
Caiga la lluvia suave sobre los sembrados
y el aire acaricie con mano abierta
suave y muy benigna los amplios campos.
Viva eternamente Sefarad
en orden y paz, en el trabajo
y en la difícil y merecida
libertad.
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An insightful poem nicely put together with conviction. Thanks for sharing and do remain enriched