La primavera ha regresado
a pesar del maltrato
que damos a la Tierra.
Primavera,
no pases por mi lado sin mirarme,
sólo te pido una tierna rosa roja
que apretaré a mi pecho
hasta hacerme sangrar:
quiero volver a vivir
con la promesa efímera
de tu inmortalidad.
He sufrido bastante
los cuentos del invierno
con la quemante espera de tu llegada,
pero ya estás aquí,
has vuelto como siempre,
toda ligera y perfumada.
Primavera,
debo reconciliarme contigo,
y correr entre senderos verdes
y abejas zumbadoras
abrazado a ti,
como sí fuera para siempre,
mientras mi perro ladra de alegría
a nuestro alrededor.
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