VIDAS Poem by ALEJANDRO TARRAB

VIDAS

Mi campo cruel, la visión de lo que desprecié:
la verdadera conservación, la gente compañera y
acompañada,
las corrientes de agua que sentimos y profanamos con
los ojos cerrados,
la mujer murciélago, el hombre murciélago de rodillas,
ante la muerte
y la respiración de la muerte cualquiera, que es siempre
la muerte y la respiración de la muerte del primogénito,
del héroe que vio de frente
y ahora puede enseñarnos: la muerte no es la muerte
ordinaria y prostituta.
La agonía, el miedo a la cosa, es el final y no la muerte.
Toqué, al fin, como ustedes, tú y yo y él, lo respirado,
el legado de horas con sus días en cada segundo,
con sus cientos de árboles y florecimientos
en cada segundo, la improvisación y el descubrimiento,
el dramatismo inaudito. La obra inservible:


Vidas
Quiero decir me, con mi voz "débil" como es, en el confín
de lo lejano,
una radioconferencia sobre la radio y nada más.
Escuchar mi voz "débil" como es, transformada,
electrificada por la magia de la ciencia. Escuchar
escucharlos
mi voz "débil" como es, tocada por la estática.
Quiero decir quisiera con esta voz deshecha, agredida
por un autorretrato. Figura de mí, construida por mí,
mil veces,
y por algunos congéneres, quiero decir malasratas.
Escucharlos replicar me: tu voz "débil" como siempre ha
sido.
Sólo ahora magnificada, arrojada hacia el confín de lo
lejano.
Algo sobre mí, sobre mi propio autorretrato y el fenómeno
de la ciencia y la radiofonía. Una radioconferencia
celebrada,
digamos, hacia 1925, esto es, antes o después o en el
instante mismo
cargado, electrificado por punzones y mi voz y la radio y
la ciencia
y el arte inaudito de la ciencia jugando marañas con mi
trazo,
con mi voz "débil" como es, quiero decir, y nada más.

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