Santiago Mutis Durán

Santiago Mutis Durán Poems

The days of the Colony have come back again:
martyred figures abandoned in the semidarkness
in the endless timeless galleries
...

2.

I saw you in the night boy at the door
of your house
with the breast dark, still
making life strange, detached
...

3.

You were not one of those boys that kill birds
you did not like to sense the stone blow
tearing the light,
...

For Enrique Santos Molano

For more than a hundred years
you have been a victim
...

A lacerating anger illumines
my first days like a fever
An imbecile herd of teachers
tore up my childhood
...

Certain things have fierce names
among men

The Sunday the blue the beaches
Is there no one to answer?
...

Nombres feroces tienen algunas cosas
entre los hombres

El domingo el azul las playas
¿No hay nadie que responda?

Monedas, sólo monedas
de oro

Sombras estrellas jardines
No hay nada que amanse estas voces
que queman muy hondo, más allá
donde no hay aire ni luminosas sombras
...

How to write letters to the dead
How to awaken them how to feel
their luminous breathing and the gold
...

Han vuelto otra vez los días de la Colonia:
figuras martirizadas abandonadas a la penumbra
a las interminables galerías sin tiempo
a la atmósfera enrarecida de los templos

Tensos rayos de luz descienden como saetas
como coros como presagios
de que todo y nada son lo mismo

y el hombre - la carne el cuerpo -
sufre
crucificado a semejante mentira
Algo nos ama y nos destruye
el mundo sin paisajes sin lágrimas;
sólo gestos cautiverio suplicios
éxtasis simulacros infierno
vacío . . .

Una caricia
nos desnuda
nos desfigura
maldita
como una flor oscura
tierna
que nos desea y repudia.
...

10.

Te vi en la noche niño a la puerta
de tu casa
con el pecho oscuro, quieto
volviendo extraña la vida, ajena
La luna brillando sobre los platanales
el pueblo silencioso la casa silenciosa
las aguas silenciosas las estrellas silenciosas las calles
blancas . . . brillando como tu respiración
de luciérnagas
ahogándote
El asma rodeándote el cuello
como un collar de luminosas larvas
La casa la aldea la luna la madre el alma
todos solos soñando
bajo las constelaciones silenciosas
como la suave enfermedad lenta cruzando la noche
eterna. Aferrado a la mecedora
del Don tu padre
esperando
como la sangre de los santos
los pájaros que traerán la mañana
Para muchos, eras
una pedrada en los dientes
una bestia
una pobre bestia
lastimada
que sentía el triturar de las ruedas del molino
que mueven también al mundo
y al Cielo
con sus alas de hambre y fuego
tan parecidas a ti

Eras inmoral
como un niño
corrupto
que espera recompensas
y dispersa la luz
sin oír ni ver
tan sólo imponiendo

Parecías saber adónde ibas
Conociendo tu final recordarte eriza la piel
No hay ningún lugar
nadie nos espera
al otro lado de la lluvia
¿De qué estabas tan seguro?
Sólo escucho clamores:

Llévenme donde mis enemigos, los siervos
confúndanme con su sangre ciega
- tan dignos del cielo -
Que se pudran en salsa de manzana

Para ellos tu mejor desprecio
el más altivo
el más puro

Muchas cosas en ti eran ridículas
Al demonio con las explicaciones

Dominante, orgulloso
como un dios
ebrio
de miserable carne
tampoco creías en nada

que no fuera de comer

Cuando la sangre
era un manto
de estrellas
nunca te vi de rodillas
beber agua pura

Un niño genial
obeso
exigente
febril ante las campanillas luminosas
de la enfermedad
la del mundo y la propia
gozoso de hundirse

Te iluminaba una corona ardiente

desdentado
como un ángel
en el lodo

Dijiste que era puro cuento
lo del Paraíso
pero hay algo
acechando
entre los pliegues del deseo

Tenías, como todos, un ángel sin nombre
que mueve la sangre
un pedazo de sol de luna de algo
un enjambre
que brilla como estrellas
sobre el hombro profundo
de nuestra sombra

Te aprovechabas
No siempre - nunca
respetaste al dios que hay en cada puerta
Forzaste cerraduras
. . . y lo celebrabas

Una noche
bajo un árbol de flores
iluminadas
te vi flotar entre destellos
y perder la razón
al límite de las cadmias
tan blancas tan lentas tan azules
pequeñas diademas de hadas
que pisabas gozoso
Y las flores
celosas, vengativas
te raptaron
por haber cruzado el umbral
- sería estúpido no creer o burlarse del hechizo -
te bebiste confiado la flor del borrachero
entre capullos - glotón
y ella, déspota
te envenenó las entrañas
y te perdió en el paraíso, en el que no creías
De todos modos
no tenías corazón
su sombra era lo peor
y lo mejor de ti

Alguien te llevó de la mano
- ese amanecer
hasta la Muerte
¿Tu propia, tu primera, única piedad?
Otra borrachera más
de lucidez
¿La buscaste?
¿Te encontró ella?
Le llevabas cascabeles
enamorado, obediente
La viste fugaz, más oscura que nunca
en plena cara
y le diste lo último que te quedaba

Te crucificaron - una vez más
en el "bazar de la poesía colombiana"
Un académico te dio la estocada en la nuca:
"poeta maldito
de la clase media
intelectual"
Ya se le secará la lengua

No amaste la llama que devora al hombre
deseaste su cuerpo
para quemarte

Tenías una sombra como una flor
Todo a tu alrededor fracasaba
en un charco de llamas

Te hundiste en el prestigio de la noche
Sufriste
como cualquiera
No eras inocente, quisiste ser algo más
terrible: tú mismo
Encadenado a la libertad
encandilado por una gran impudicia
la muerte te hizo suyo
Y ya muerto, ya vencido, con la lengua
y las piernas rotas
tarareaste canciones obscenas
cancioncillas oscuras
Nunca aceptaste
la sombra de sangre y sacramento
que sostiene la vida

aferrado al tetero blanco de la enfermedad

No entendiste nada de nada
salvo lo peor de ti mismo
y te fuiste
...

11.

No fuiste uno de esos niños que matan pájaros
no te gustaba sentir la pedrada
rompiendo el cuerpo
leve, alado
de aquellas hojas encantadas

No, no eras cruel - al principio
Tú soñabas

con tener
un sexo como el de tu madre
y pezones de rubí
...

Para Enrique Santos Molano



Durante más de cien años
has sido víctima
de nosotros tus amigos,
de nuestras fantasías y prejuicios
de nuestros complejos y necesidades
Conciudadanos intelectuales admiradores funcionarios
te hemos arrastrado por entre nuestras carencias
discursos y necedades

Hicimos de ti
- un hombre de carne y hueso -
una caricatura a nuestra
imagen y semejanza - pobre
y soberbia -
Tus contemporáneos
te herían - en tu ausencia -
con banderillas de oro y apodos rojos
Se te admiró por lo que nunca fuiste
Se te castigó - ya muerto -
dándote una historia
que no fue la tuya

Te acusamos de dilapidar
una fortuna que nunca tuviste
de dandy
de donjuán
de incestuoso
de enamorado de la muerte
de raro
de exótico
de inepto para la vida
. . .
Debilidades y defectos
que son secretas venganzas
A lo largo de cien años
hemos luchado para que al fin te parezcas
a nosotros - dueños de tus cenizas
Tu integridad
nos irrita y avergüenza
Tu dignidad
ofende
a quienes han preferido
otros caminos
Tu discreta grandeza
es un tesoro
que adorna ocultas ambiciones
de nosotros tus herederos

Hicimos de tu historia
una historia negra y rosa

Te ridiculizamos
para no tener que esforzarnos demasiado
para derrochar fortunas y virtudes - ajenas
para que no vean que estamos muertos
Te aplaudimos te rechazamos
te abucheamos te celebramos
te elogiamos te derrotamos
te suicidamos . . .
hipócritas y satisfechos

¿Qué música afligía tu alma
qué verdades intuías
qué alta estrella
quemaba tu sangre
para que hiciéramos de ti tal enemigo?

Tendríamos que arder
en tu vida - que es sólo una vida
para saberlo
...

El amplio vestido de María Antonieta
- una ramera jamaiquina disfrazada de blanca, casi rosada -
está hecho indudablemente por Amelia la extraordinaria
El fondo del escenario - como si algo tuviera fondo -
parece un naufragio de estrellas
La reina y su par de mulatas azules
alargan sus lenguas rojas hacia los clientes
Estas negras musculosas
de altas pelucas rojas, largas uñas rojas, endiabladas
cejas y desafiantes tacones rojos, tapaculos rojos . . .
son potentes sanas feroces vigorosas . . .
Y descaradamente putas

El vestido de María Antonieta es un vitral magnífico
una iglesia de negros más bella que el cielo

Este lugar está abigarrado - como el inconsciente -
de criaturas brutales plenas voraces . . .
Todo es una orgía
Bailan una escena histórica - y hasta bíblica -
pero blasfema y sin tiempo
Negros, espíritus, brujos
locos, monstruos . . .
El deseo tiene tanta fuerza como el infierno
su apetito es poderoso
el hambre del cuerpo es gozosa
perversa, mágica como una danza
roja con luna blanca
Aquí la vida sucede más allá del pensamiento - o más acá
Cada idea muerde, con placer
Dientes sanos ante una manzana nocturna

- dentro de cada fruta hay una estrella

La vida es crueldad, savia implacable
una constelación
de criaturas inexplicables que canta en mis sentidos
como colores, como agua del cielo
de la noche, de los cuerpos, del aire . . .

Un marinero en tierra, caricatura grotesca
- tan grotesca y brutal como cualquiera de nosotros -
envuelto en el cielo de Van Gogh
dibujando con las manos pensamientos
de su argot solitario
falso personal deleznable
y bello, como lo es también el mar

y el marinero, tal vez un imbécil
un hombre que ha visto las tormentas
que enloquecieron de luz a William Turner
Su rostro sus ojos - con las mismas candelillas del cielo -
sus rasgos bestiales ebrios brutos
delirantes de hambre
Su borrachera engaña y canta sobre sus hombros
donde han brillado el diablo
y el vuelo de las gaviotas
Monigote de sangre y complejos
mordido por el sueño
de las inmensidades, de los grandes cielos,
de paisajes lujuriosos
de prostíbulos, de todos los puertos de los vientos,
el mar y esa jauría de miserias
que habla todas las lenguas . . .

Deslumbrantes y caóticos murales callejeros
de libido como una luz exacerbada
sexualidad que se da a borbotones, a carcajadas,
descarada, vulgar
un rito prostibulario - mitad bastardo mitad mítico -
estampado en la carne del puerto
como un tatuaje
La vida deja marcas

Ya no se trata de la juventud incandescente
de la salud del alma
la mirada clara la inocencia vivaz - como dice Manuel
Ahora es el escándalo de la vida
Los deseos aves de presa clavan sus ojos en el placer
Una energía madura se desborda
ostenta sus armas su impudicia su amorosa crueldad
Ni dulzura ni bondad hoy el hombre es
un animal lleno de vida
carnal pleno desvergonzado . . .

Algo tan insaciable y poderoso como la ternura
sin la luz de la serenidad
Una magnífica tormenta un delicioso peligro
una controlada fuerza que aumenta
el caudal de la sangre el canto de sus abismos
Por un momento el cuerpo es un espectáculo
magnífico y sin alma:
arde el fuego brutal de la Creación

Pero María Antonieta no invita a su casa al mal
lo ha reemplazado por el juego y sonríe

Nunca se ha despreciado tánto a la muerte
...

Una lacerante rabia ilumina
como fiebre mis días primeros
Una recua imbécil de maestros
despedazó mi infancia
Su negligencia quemando la terrible pureza
a su alrededor, devastando la plegaria
Días inocentes, como calles
sembradas de escuelas antros carnicerías
Vidas desfiguradas
a las puertas del Paraíso
de cada día
Si Dios supiera lo que han hecho
y lo que han dejado de hacer
Si Dios supiera cómo callan
No los alumbra el miedo
ni les canta
la luz
brotando
de los pechos
de sus madres
Ay, la vida pasa como la esbelta sombra de un navío
sobre un sagrado espejo de sangre

Lunas, mil lunas de nieve
sobre el fuego santo
y en el cielo brillan
los aullidos de fogosos mataderos

La voz de Dios como un manto fúnebre
deja su escarcha
en las aldeas del invierno
y congela la leche en los establos

La lluvia brilla como un país sin luna
- alma pura -
donde se extravían caravanas y veleros
como dulces campanarios
como una sola misa
una comunión única en todas las catedrales

Alguien susurra - tal vez mi madre -
en mi oído los nombres
de las plantas, las semillas, los brotes
los nombres rojos de los pájaros
sin fastidio
entre lágrimas
...

Santiago Mutis Durán Biography

Santiago Mutis Durán ( Bogotá , 1951 ) is a poet, essayist, editor and art critic of Colombia . He is also founding director of the magazines, Gradiva and Conversations from La Soledadin which he has developed a wide critical work around the poetry and the contemporary art. His poems manage to balance themes of literary culture and everyday life, knowledge and experience, in a language sometimes conversational, ironic tones, voluntarily prosaic but full of seductive images and expressive richness. His texts and essays have been translated and disseminated in different anthologies and publications of the country and abroad. He is tutor of the masters of plastic arts of the National University of Colombia . As editor, he compiled the works of José Asunción Silva , Aurelio Arturo , José Antonio Osorio Lizarazo and Álvaro Mutis , among others. In addition, he founded the magazineGazette of the Colombian Institute of Culture and was director of publications of the National University.)

The Best Poem Of Santiago Mutis Durán

Colombia Today

The days of the Colony have come back again:
martyred figures abandoned in the semidarkness
in the endless timeless galleries
in the rarefied atmosphere of the temples

Tense rays of light fall like darts
like choirs like presages
that all or nothing is the same

and the man - the flesh the body -
suffers
crucified to such a lie
Something loves us and destroys us
the world without landscapes without tears;
only grimaces captivity tortures
ecstasies shams hell
emptiness . . .

A caress
strips us
deforms us
damned
like a dark tender
flower
that desires and rejects us.

Translation: 2005, Nicolás Suescún

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