El Sol Poem by Samuel Santana

¿Quién se atreve a besar
su cuerpo ardoroso,
brillante y callado?
Para todos es imposible el
toque a su borde mortal.
Pero es inconcebible una
existencia allí donde no
está su presencia.
Y cuando se marcha,
por una espesa y terrible
tiniebla es cubierto el
anchuroso y
tormentoso vacío.
Los ojos se cierran para
soñar con su presencia
en espacios,
tiempos y lugares.
Y cuando regresa,
alegre pinta las nubes de
un vivo y hermoso anaranjado,
cual si fuera de calabaza
un tentador pastel.
Entonces obreros
encienden sus máquinas,
panaderos el horno,
señoras fogones y
bajan vacas
empinados trillos.
Sobre árboles y briznas,
el rocío se convierte en
cristalinas gotas que suave
se deslizan,
levantan alas
garzas y pájaros
y la espesa niebla abandona
cenizas montañas.
De pronto,
el mundo es lleno de amores y
henchidas, atrayentes y
apasionadas abren perfumados
pétalos flores
de todos los colores.