Mi amigo me conto sobre un ángel rojo,
Le enseño puro placer y gozo.
Le obsequio una bolsa llena de dulces,
Solo chocolates rojos y azules.
Me conto de la alegría que trajo al llegar,
Al igual que la miseria que dejo al irse de su hogar.
Al estar a su lado fue pura felicidad,
Se rompió el hielo y no dejo ni amistad.
Me aconsejo que nunca buscara ese ángel,
Si algún día se me aparece, que lo tenga al margen.
Aun a si espero encontrarlo,
Para poder sentarlo y amarlo.
Que me enseñe lo que desconozco,
Que me de lo que deseo.
Ho ángel rojo cúbreme en tus alas,
Y demuéstrame que me amas.
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