La Dama De Shalott Poem by Luis Vargas Tapia

La Dama De Shalott

PARTE I

Sobre cualquier lado del río yacen
Campos extensos de cebada y centeno,
Que revisten al agreste boque y saludan al cielo;
Y a lo largo del campo, el camino corre
Hacia las fortalezas de Camelot;
Y de arriba abajo la gente va,
Mirando donde los lirios florecen,
Alrededor de una isla que abajo está;
La isla de Shalott.

Sauces albean, álamos se estremecen,
Ligeras brisas tiritan y oscurecen,
A través del oleaje que perpetuo corre
En el río, alrededor de la isla
Flotando abajo hacia Camelot.
Cuatro muros grises y cuatro torres grises
Vigilan un campo de flores,
Y la isla silenciosa alberga
A la dama de Shalott.

Por el margen, de sauces velado,
Se deslizan las pesadas barcazas
Mediante lentos corceles; y sigilosa,
La canoa se deslizaba en terso vaivén,
Aproximándose abajo hacia Camelot:
¿Más quien la ha visto ondear su mano? ;
¿O en el ventanal haberla visto permanecer?
¿Es acaso ella conocida en toda la nación,
La dama de Shalott?

Sólo los segadores, temprano
Arando, entre las mieses de cebada
Escuchan una canción que jocosa resuena,
Desde el río que cristalino serpentea camino
Abajo, hacia las torres de Camelot.
Y por la luna el segador exahusto,
Apila gavillas en extensas mesetas,
Escuchando suspiros "Esta es la leyenda
De la dama de Shalott".

PARTE II

Allí ella tejía de noche y de día,
Una mágica tela de vívidos colores.
Un suspiro ha escuchado pronunciar,
Una maldición sobre ella, si se queda
Para mirar abajo hacia Camelot.
Desconoce lo que maldición pueda hacer,
Así que continúa tejiendo constante,
Y aunque menuda, otra preocupación tiene
Ella, la dama de Shalott.

Y moviéndose a través de un diáfano espejo
Que cuelga ante ella durante todo el año,
Tinieblas del mundo surgen.
Allí ella observa cerca el camino,
Serpeando abajo hacia Camelot:
Allí donde el río se arremolina,
Y están los patanes hoscos del pueblo,
Y los rojos mantos de las señoritas
Mercaderes, corre adelante desde Shalott.

En ocasiones, un tropel de damiselas alegres,
O un abate por las calles deambulando;
En ocasiones un joven y rizado pastorcillo,
O un paje de larga cabellera de carmín ataviado,
Se dirige hacia las fortalezas de Camelot;
Y a veces a través del cristalino azur,
Los caballeros de dos en dos cabalgando
Llegan: ella caballero honesto y leal no tiene,
La dama de Shalott.

Pero en su telar ella se deleita aún,
Para trenzar del espejo las mágicas visiones,
Porque frecuentemente, a través de las noches
Quedas, un funeral con plumas y luces
Y música, iba hacia Camelot:
O cuando en su cénit la luna estaba
Dos jóvenes llegaron tardíamente casados;
""Estoy un poco enferma de sombras", decía,
La dama de Shalott.

PARTE III

Una flecha de su alero provino,
Y el cabalgaba entre las gavillas de cebada,
El sol atravesaba fulgurante a través de las hojas,
Y ardía sobre las broncíneas grebas
Del noble señor de Lancelot.
Una roja cruz de caballero cruzado a merced
Siempre para una dama en su escudo,
Que deslumbraba sobre el campo dorado
Cerca de la remota Shalott.

La gema de la brida brillaba libre.
Cual ciertas ramas estelares que vemos
Pendiendo en la dorada galaxia.
Las campanas de la brida alegres repicaban
A la par que cabalgaba camino abajo a Camelot.
Y desde su blasonado tahalí colgante,
Un enorme clarín argénteo pendía,
Y a su trote su armadura tintineaba,
Cerca de la remota Shalott.

En todo el despejado cielo azul
De joyas el cuero de la silla de montar
Adornado, el yelmo y su pluma ardían
En una sola abrasadora llamarada,
Mientras el cabalgaba camino abajo a Camelot.
Y frecuentemente a través de la cárdena noche,
Más allá de las racimos constelares centellantes,
Algún meteoro barbudo de violenta luz,
Surca la quietud de Shalott.

Su frente amplia y despejada al sol relucía;
Sobre las bruñidas pezuñas su corcel trotaba,
Desde abajo su yelmo agitaba sus rizos negros,
En tanto cabalgaba hacia Camelot.
Desde la loma y desde el río
Se reflejaba en el espejo cristalino,
"Tirra lirra" por el margen del río,
Cantaba el señor de Lancelot.

Ella dejó la tela y dejó el telar,
Ella avanzó tres pasos hacia la habitación,
Y contempla al lirio de agua florecer,
Y descubrió el yelmo y la pluma,
En tanto miraba hacia Camelot.
Al aire voló el telar y en la inmensidad flotaba,
El espejo de extremo a extremo se quebraba;
"La maldición cae sobre mí", gritó *.
La dama de Shalott.

PARTE IV

En el borrascoso y tirante viendo oriental,
Los pálidos bosques amarillos estuvieron marchitándose,
La amplia corriente a sus orillas sollozando,
Abatido el bajo cielo lloviendo
Sobre las torres de Camelot:
Hacia abajo ella legó, y un bote encontró
Por encima de un sauce flotando a la deriva,
Y alrededor de la proa, ella escribió:
La dama de Shalott.

Y abajo, la lobreguez extensa del río,
Cual un sombrío vidente puesto en trance,
Contemplando todo su propio infortunio
Con un aplomo cristalino
Ella miraba hacia Camelot.
Y a la postrera luz del día
De las cadenas se liberó y se tendió;
La extensa corriente la arrastró a la lejanía,
A ella, la dama de Shalott.

Reposando ataviada en blancura nívea
Que liviana flotaba de un lado a otro;
Las hojas sobre su mortecina luz
A través de los susurros de la noche
Y ella flotaba hacia Camelot;
Y como el drakkar* se estacaba a lo largo y entre
Las planicies y las colinas de sauces,
Todos la escucharon canta su canción postrera,
La dama de Shalott.

Escucharon una canción, dolorosa, santa,
Entonada con brío, entonada con frío,
Hasta que su sangre lentamente se congelaba,
Y sus ojos por completo se oscurecieron,
Mirando hacia la torre de Camelot
Para que antes alcanzara encima del oleaje
La primera casa que junto a la mar colinda,
Cantando en su canción que ella moría,
La dama de Shalott.

Debajo de la torre y el mirador,
Cerca del muro del jardín y la galería
Una silueta luminosa alrededor flotaba,
Pálida y mortecina, entre las casonas altas;
Sólo silenció había dentro de Camelot.
Afuera, por encima de los muelles ellos llegan,
Plebe y realeza, damas y señores,
Y alrededor de la proa, ellos leyeron su nombre,
La dama de Shalott.

¿Qué es esto? , ¿y qué está aquí?
Y cerca, en el palacio iluminado
Murió el sonido del jolgorio real;
Y todos ellos de miedo se persignaron,
Todos caballeros de Camelot:
Pero Lancelot por un breve momento meditó,
Y dijo: "Ella tenía una mirada adorable;
Dios en su misericordia le conceda su gracia,
La dama de Shalott.



*La preferencia por traducir 'boat-head' por 'Drakkar', surgió de la apreciación de la pintura de William Waterhouse (1888) , en la cual el 'bote' en el que está la dama de Shalott, es similar al drakkar' de los Vikingos y Sajones, cuyo mascarón de la proa es la representación de la cabeza de un dragón (Drakkar es un término Islandés para denominar a los dragones) (Landnámabók: 201) .

This is a translation of the poem The Lady Of Shalott (1842) by Alfred Lord Tennyson
Saturday, August 27, 2016
Topic(s) of this poem: knights,love,medieval love,suspense,terror
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