DÍA TRAS DÍA UN TRÍO DE MUJERES Poem by Washington Cucurto

DÍA TRAS DÍA UN TRÍO DE MUJERES

Me siguen hasta la puerta de mi empleo, lo que escribo de noche de día me lo rompen. Las tres negras me espían detrás de un panal de altísimos cocoyos.
Y tú, dominicana del demonio, que lo único que haces es dejarme chupado como un higo. Pasas las mañanas escuchando salsa, merengue, chachachá. ¡Qué tu Willie Chirino! ¡Qué tu Jerry Rivera! Si yo fuera Willie Chirino te daría salsa de patadas, un merengue de escupidas. Tú y tus tres primas libidinosas, que impúdicamente imponen al centro de la mesa a sus novios senegalíes y marroquíes: marroquíes que se las marrocan, en sus camiones de la frontera; senegalíes que se las ensartan en las piezas del yoti. Si no fuera porque en el amor eras más dulce que un racimo de blanquísimas papayas. Si no fuera porque me bates el pichiciego hasta que le bota la leche y tímida eyaculas, entre titas, rodhesias y jorgitos. Si no fuera porque cuando paseas por Corrientes enloqueces libreros a granel, ¡uf!, judíos harapientos, dueños de los libros hermanos de la dicha.

Tú,
que el único diez que te sacaste en la vida
fue debajo de la mesa.

Tú,
que el único diez, el único nueve,
te lo sacaste dibujando garabatos de saliva
en el tronco de tus educadores.

¡Oh, tú mi flor de tilo!

¡Oh, tú dominicana del demonio!

Y ahora te toca: te toca un uno, un cero, te toca que te halaguen, te toca trabajar en un supermercado, de cadeta de cajera de cajera cadeta de cadeta cajera, te toca que te roben la cartera un tintel un rímel una novela de Arenas. Tristes fueron las noches en que estuvimos separados y las tres cuadras más lindas de mi barrio las caminé con vos y ahora tengo que olvidarlas o pegar la vuelta a la manzana; que hay una góndola para vos en el supermercado y está esperándote, ¡muerta de risa! Que nadie da un peso por lo que haces y menos por lo que sos, que los libros son porque el papel lo aguanta todo, que a veces te vienen unas ganas locas de garchar en bicicleta. ¡Loquita!, que leíste más de cien poemas de Fernández Moreno y ningún soneto, ninguna flor y ahora me pides flores me pides rimas... Comienzo a calentar estos motores, regurgitea la letra geneva con que escribo y acá te va lo dicho es hecho: ¡Que la rima rima con rosa y la prosa es prosa debajo de las bolas!


A vos, ¿te gusta Perec, te gusta Perec, te gusta Perec?
Perdón por la maleza.

COMMENTS OF THE POEM
READ THIS POEM IN OTHER LANGUAGES
Close
Error Success