Delfos Poem by JUAN VICENTE PIQUERAS

Delfos

A Pedro Olalla y Rosario Carrillo

1

Los lugares son dioses.
Para llegar a Delfos
atravesamos campos de algodón
y pasamos por Tebas sin parar.
Fui soldado de Cadmo en mis peores tiempos
y quería parar a tomar café en Tebas,
pero no pudo ser.

Dejamos a izquierda el Helicón
y apareció a lo lejos el Parnaso
con sus cimas peladas como esperando nieve,
como pidiendo algo.
Éramos nuevos.
Los copos de algodón en las cunetas
parecían curar la herida de la prisa
que sin querer llevábamos,
pero que no era nuestra,
por llegar a las ruinas del oráculo,
al ombligo del mundo.

Veo aún el tractor que adelantamos
con su remolque lleno,
colmado,
de algodón.

2

Los lugares son dioses anteriores
a los dioses.
El templo procede de la cueva,
del bosque. El manantial
es anterior a todos los bautismos.
El vientre de la tierra nos dio a luz uno a uno
y nos espera. Somos
las sencillas semillas de un misterio.

Las columnas son árboles que vienen
del centro de la tierra y hacia el cielo
abren sus manos y le piden luz,
lluvia, motivos, sol, misericordia.

Lo mismo que nosotros,
que hemos venido aquí
porque para emprender una aventura
se consulta al oráculo de Delfos.


3

Los lugares son dioses.
A los pies del Parnaso,
al ombligo del mundo, hoy acudimos.

En estas pobres piedras en silencio dejamos,
como quien pone una vela en la arena
o una flor en un vaso,
la pregunta que somos, el enigma
que vale más la pena sentir que resolver.

Los lugares son dioses y su oficio es callar.
El nuestro es sólo ser
meros fieles felices venerándolos.

Ni siquiera a la vuelta tomamos café en Tebas.

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