Los ojos de mi mujer no se parecen en nada al sol;
El coral es mucho más rojo que el rojo de sus labios;
Si la nieve es blanca, entonces sus pechos son beige;
Si el cabello es como los alambres (dorados) , alambres negros crecen en su cabeza.
Vi rosas de damasco, veteadas de rojo y blanco,
Pero no veo esos rosas en sus mejillas;
Y en algunos perfumes hay más placer
Que en el aliento que mi amante exhala.
Me gusta escucharla hablar, pero sé bien
Que la música tiene un sonido mucho más agradable;
Admito que nunca he visto pasar a una diosa;
Mi amante, al caminar, pisa sobre el suelo:
Sin embargo, por el cielo, creo que mi amor es tan raro
Como cualquier doncella halagado por falsas comparaciones.